La degradación de la clase política

¡Está lista la cuenta regresiva! Todos se preparan para las siguientes elecciones. Incluso, mediante reformas constitucionales y cambios de autoridades, se prepara el sistema político y electoral para aventajar o cercenar a los rivales ideológicos y los candidatos más peligros.

La principal razón es el espíritu conservador de los actuales parlamentarios y grupos de poder que se niegan a perder sus privilegios. Después de todo, el Palacio Legislativo se ha convertido en el Palacio de Versalles donde sus integrantes han logrado transformarse en una especie de nobleza anacrónica que vive de y para el Estado. Ajenos de la realidad nacional y sus votantes, reciben sueldos estratosféricos comparados con lo que gana un trabajador de la calle que día a día intenta llevar un pan a la mesa de su hogar ¡Casi 600 mil pobres más en el 2023 y ninguno asume la culpa! Es decir, ser congresista se ha convertido en un ascenso económico, político y social. Se ha convertido en una aspiración retorcida y malagradecida con sus electores al venderse por sueldos mayores a los 14 mil soles más los bonos públicos y privados. Han institucionalizado la mentira y convertido la rapiña en un deporte nacional.

Por otro lado, está la generación que se inundó de miedo o de vergüenza en los 90. Salvo una minoría partícipe en temas políticos y movimientos sociales, casi toda una generación se alejó de los partidos políticos y permitió la creación de esta nobleza con títulos pestilentes. Desde mucho antes, aceptaron de manera sumisa la orden de no hablar sobre política en la mesa del hogar. Estuvieron condenados desde la infancia porque les incomodaba ser críticos con sus propios padres y maestros. Y cuando aprendieron que la crítica no es ninguna falta de respeto, ya era tarde porque criaron de la misma forma a sus hijos y le enseñaron eso a sus alumnos. Esta situación también es su culpa ¿Cuál fue su premio consuelo? reparar superficialmente y desde una distancia segura las grandes grietas que la corrupción dejaba a su paso.

¡Ha iniciado la cuenta regresiva! tal parece que no solo para las siguientes elecciones, sino también para la caída del sistema democrático, un irremediable conflicto social, y el enfrentamiento entre peruanos generado por la desesperación ante la inacción de sus nobles. Sin embargo, la clase política, quienes disfrutan de grandes banquetes, de joyas, y de no sufrir lo que los comunes sufrimos, están olvidando que cuando el hambre y la pobreza azota, son ellos los primeros en pagar el verdadero precio de su codicia y sus privilegios.

Editorial del
Centro de Estudios Políticos